Sembrando la autosuficiencia
Asociándose con el sector humanitario para la nutrición y la resiliencia climática
El Programa de las Naciones Unidas para los Alimentos (WFP) es conocido por salvar y cambiar vidas a través de la ayuda alimentaria de emergencia y por trabajar con las comunidades para mejorar la nutrición y desarrollar la resiliencia. En las regiones áridas del norte de Kenia y Uganda, estos objetivos convergen a medida que las comunidades rurales con pocas opciones de cultivos y medios de vida van enfrentando amenazas climáticas y altas tasas de desnutrición.
En medio de la pandemia de la COVID-19, el Centro Internacional de la Papa (CIP) se asoció con el PMA, el ganador del Premio Nobel de la Paz 2020, para facilitar el cultivo y el consumo de camote de pulpa naranja en esas regiones. Este cultivo crece bien en tierras marginales, proporciona muchas calorías por hectárea y es una excelente fuente de vitamina A.
La deficiencia de vitamina A aumenta el riesgo de infección y ceguera en los niños pequeños. Sin embargo, un solo pequeño camote de pulpa anaranjada, o 125 gramos del mismo, puede proporcionar las necesidades de vitamina A de un niño en edad preescolar. En el pasado, los camotes de pulpa anaranjada eran extremadamente raros en el África subsahariana, donde los agricultores prefieren las variedades blancas y amarillas menos nutritivas, a pesar de que casi la mitad de los niños menores de 5 años tienen deficiencia de vitamina A. El CIP ha pasado más de una década ayudando a los programas nacionales a cultivar y lanzar variedades adaptadas localmente de camote pro-vitamina A y ha desarrollado estrategias para llevarlas a los campos y hogares.
Los científicos del CIP en Kenia y Uganda identificaron variedades de camote tolerantes a la sequía que están listas para su cosecha en cuatro meses y ayudaron a desarrollar cadenas de suministro para distribuir material de siembra, a la vez que trabajaban con socios gubernamentales y ONG para crear conciencia sobre sus beneficios. Estas variedades no solo tienen el potencial de prevenir la deficiencia de vitamina A, sino que también pueden garantizar disponibilidad de alimentos cuando la sequía destruye otros cultivos.
Desarrollando la seguridad alimentaria
El CIP y el PMA están aprovechando la experiencia y los éxitos que cada uno de ellos ha alcanzado para lograr un cambio positivo en los hogares en riesgo de padecer hambre y desnutrición. El CIP se beneficia de la presencia del PMA en comunidades vulnerables y entornos frágiles, mientras que el PMA utiliza la capacidad técnica y de investigación del CIP para fortalecer su enfoque de sistemas alimentarios con el fin de facilitar la autosuficiencia y la resiliencia de los agricultores.

Como hace notar Lauren Landis, directora de país y representante del PMA en Kenia: “Con la comprensión que el CIP tiene de la ciencia y la tecnología y las relaciones que el PMA tiene con las comunidades y autoridades, surge una oportunidad extraordinaria para transformar la calidad nutricional, la asequibilidad y la sostenibilidad ambiental de las dietas de las personas”.
Para este desarrollo conjunto se basan en una década de trabajo a través de la cual el CIP y sus socios llegaron a casi siete millones de hogares y catalizaron la demanda de camote de pulpa anaranjada en África y Asia. En 2020, esas asociaciones llegaron a más de 300.000 personas en seis países africanos y Bangladesh. Aproximadamente 110.000 pequeños agricultores en esos países vendieron un valor adicional de USD 25 millones de este nutritivo cultivo.
Cosechando beneficios nutricionales
Según Josephine Mwema del PMA, el camote de pulpa naranja era desconocido en el norte de Kenia antes de 2020, pero se ha vuelto popular rápidamente y ahora es parte de los programas del gobierno nacional y del condado para promover la diversificación de cultivos y la nutrición.
En el norte de Uganda, más de 100.000 personas han aprendido sobre los beneficios nutricionales del cultivo y cómo incluirlo en las dietas familiares. Una de ellas es Agnes Nyana, miembro de un grupo de mujeres del distrito de Omoro que comparte conocimientos sobre el cuidado infantil y la nutrición. Ella utiliza el kit de herramientas para bebés saludables del CIP para facilitar la provisión de alimentos nutritivos a niños menores de dos años con deliciosas recetas de papilla que combinan camote, leche, plátano y pasta de maní.
“Ahora sé cómo preparar buenos alimentos ricos en proteínas, vitamina A y otros nutrientes”, dice.
Según Frederick Grant, gerente de país del CIP en Uganda, trabajar con esos grupos y capacitar a los proveedores de salud de las aldeas es una vía importante para promover una mejor nutrición con el camote naranja. El CIP colabora con el Ministerio de Salud y las ONGs para trabajar con vendedores de verduras y 60 escuelas, que se están convirtiendo en plataformas de capacitación y distribución de material de siembra.
Kennedy Owuor, que dirige la oficina del PMA en el norte de Uganda, dice que los tres enfoques tienen potencial para reducir el número de casos de desnutrición en las clínicas de la región. “Si podemos llevar el camote de pulpa anaranjada a escala, puede desempeñar un papel importante en la reducción de la desnutrición y ayudarnos a prevenir la desnutrición de manera más amplia en vez de tratar a los niños desnutridos”, sostiene.
A medida que el CIP y el PMA amplían su colaboración hacia Etiopía, Mozambique y otros países, la asociación de ambos muestra potencial para fomentar una mayor seguridad alimentaria y nutricional en todo el mundo.


Financiadores: Donantes del Fondo Fiduciario del CGIAR; Oficina de Desarrollo Extranjero y Commonwealth, Reino Unido.
Socios: Andre Foods International; Los gobiernos de los condados de Baringo, Garissa, Isiolo, Samburu, Tana River y Wajir,
Kenia; HarvestPlus; Organización de Investigación Agrícola y Ganadera de Kenia; Federación Luterana Mundial; Mercy
Corps; Ministerio de Salud, Kenia; Ministerio de Salud, Uganda; Organización Nacional de Investigaciones Agrícolas,
Uganda; Asociación Africana de Sasakawa; Programa Mundial de Alimentos.
Programas de investigación asociados del CGIAR: Agricultura para la Nutrición y la Salud; Raíces, Tubérculos y Bananos.