Maria Cosme Mandujano
130 variedades
Huachón, Cerro de Pasco
Me cuentan que cierta vez llegó la papa en forma de persona. Llegó, dicen que buscó alojamiento, hubo personas que decían “no tengo tiempo para atenderlo”. “Mi casa está ocupada”. En casa de otra persona más noble se alojó la papa, pero como persona. Dicen que la señora la atendió, le dio comida, le dio hospedaje, le dio cama, al día siguiente para que se levante le hizo el desayuno, fue a llamar la persona a quien había hospedado.
“Vamos a tomar desayuno, levántate”, dice. Toca la puerta. No le abre.
“¿Qué ha pasado? Se habrá ido calladito”, pensó.
Entonces entraron los dueños al cuarto que le habían dado, la cama normal y estaba tendida. Cuando juntaron las frazadas, en la cama encontraron dos papas. Una larga y una redonda. Las sembraron pues, y eso fue produciendo más papa. Así cuentan.
Yo tengo mi papa mezclada, no por variedades, pero mezclada, cuando cosechas sacas otra calidad de papa. Vas sacando otra mata, otra variedad, a final de cuentas tu surco está lleno de colorinches, de colores va. Es una alegría, de verdad es una alegría.