Casi una cuarta parte de la población africana padece deficiencia de micronutrientes, o hambre oculta, lo que puede provocar raquitismo, retraso mental o ceguera infantil, aumentando el riesgo de muerte.
Se estima que el costo a largo plazo de la desnutrición en el producto bruto interno del continente oscila entre 2 y 11%. Sin embargo, la experiencia en Nigeria y Tanzania demuestra la eficacia de promover la investigación dirigida a las intervenciones de desarrollo. Durante tres años, cerca de un millón de hogares (aproximadamente 5 millones de personas) han podido introducir alimentos nutritivos en sus dietas.
Estudios revisados por pares afirman que los cultivos biofortificados —producto del mejoramiento para aumentar la densidad de vitaminas y minerales— pueden contribuir a reducir el hambre oculta. Una iniciativa de cuatro centros del CGIAR en Nigeria y Tanzania, diseñada para crear canastas de alimentos nutritivos, potenció la creciente preocupación sobre la malnutrición.
Entre 2015 y 2018, esta iniciativa de socios múltiples facilitó la mayor producción de cuatro cultivos biofortificados: camote, yuca y maíz con provitamina A, y variedades de frejoles con alto contenido de hierro y zinc.
Al ser el centro líder, el Centro Internacional de la Papa (CIP) aplicó su experiencia de una década promoviendo el consumo de camote de pulpa anaranjada en África para crear conciencia, estimular la inversión en los cultivos biofortificados y fortalecer las capacidades locales para mejorarlos, diseminarlos, cultivarlos y procesarlos. Además, se liberaron siete variedades nutritivas de maíz, frejol y camote, mientras otras seis variedades de camote serán liberadas en Tanzania en 2020.
Para crear un entorno más propicio, el CIP dirigió el reclutamiento y capacitación de promotores gubernamentales. Ellos, a su vez, ayudaron a asegurar que 11 documentos de políticas sobre alimentación y nutrición incluyeran la biofortificación como prioridad, así como la inclusión de estos cultivos en los nuevos programas de alimentación escolar y en iniciativas regionales.
Para fines de 2018, los gobiernos, las empresas y las organizaciones de desarrollo de Nigeria y Tanzania habían invertido más de USD 6.5 millones en cultivos biofortificados. La iniciativa también desarrolló la capacidad de las ONG, grupos de la sociedad civil y agencias gubernamentales, que van desde el Ministerio Federal de Agricultura y Desarrollo Rural de Nigeria hasta el Centro de Alimentación y Nutrición de Tanzania, para promover los cultivos biofortificados.
Se capacitó a más de 11,400 “agentes de cambio”, incluyendo agentes de extensión agrícola, nutricionistas e investigadores. Gift Buduzhi Oguzor, nutricionista comunitario del estado Rivers de Nigeria participó en 2017 en un curso de capacitación de capacitadores de 10 días. En un año, capacitó a otros 275 facilitadores quienes, a su vez, capacitaron a los agricultores, contribuyendo a la adopción de camote con provitamina A en más de 1,500 hogares. Su promoción también motivó a las empresas locales a comenzar a vender y promover el camote y productos elaborados con él, desde jugos hasta panes.
Más de la mitad de los aproximadamente 12,000 promotores capacitados eran mujeres, que continuaron promoviendo la siembra y el consumo de cultivos biofortificados. Debido a su papel en las actividades de comercialización de alimentos y su influencia sobre las dietas familiares, se priorizó su participación en el desarrollo de capacidades y otras actividades. Un ejemplo es Fortunatha Mmari, directora gerente de AFCO Investment Company Ltd, de Tanzania, que recibió apoyo para comenzar a producir y vender harina de maíz y camote anaranjado enriquecido con vitamina A.
Además de empoderar a numerosos promotores y empresarios como Gift y Fortunatha, y acelerar la inclusión de los cultivos biofortificados en siete programas de Nigeria y Tanzania, los centros del CGIAR validaron un modelo que se puede usar para escalar los cultivos biofortificados en otros países o regiones. Se espera que produzca significativas ganancias nutricionales y financieras en los próximos años, añadiendo otra función a los cultivos biofortificados al ayudar a las familias a obtener los recursos para comprar alimentos más variados y saludables.
Financiadores: Fundación Bill & Melinda Gates.
Socios principales: Agencia de Desarrollo de la Unión Africana: Nueva Alianza para el Desarrollo de África; Foro de Investigación Agrícola en África; Gobierno de Nigeria; Gobierno de Tanzania; HarvestPlus; Centro Internacional de Agricultura Tropical; Centro Internacional de Mejoramiento del Maíz y el Trigo; Instituto Internacional de Agricultura Tropical.
Programas Asociados de Investigación del CGIAR: Raíces, Tubérculos y Bananas.