Labores de siembra

Labores de siembra

 

El cultivo de papa es exigente en cuanto a la preparación del suelo. Se busca dejar el terreno con una buena estructura, razonablemente suelto (no pulverizado), sin capas compactas o piedras. En general el laboreo de un lote en rastrojo o barbecho (periodo de descanso del lote posterior a la cosecha) recientes, exigirá menor número de labores que aquel lote con un período de descanso más largo o un terreno con pastura (Naranjo, 1978; Neira, 1986; Pumisacho y Velásquez, 2009).

Las principales labores de siembra son:

 

Arada. Se realiza unos dos meses antes de la siembra. Consiste en la roturación de la capa superficial, a fin de aflojar el suelo, incorporar los residuos vegetales y controlar malezas. En suelos pesados una arada profunda puede mejorar la estructura. Se aconseja un período de 15 a 30 días entre aradas a fin de permitir una adecuada descomposición de los residuos vegetales. La profundidad aproximada de la arada es de 30 cm (Naranjo, 1978; Muñoz y Cruz, 1984; Oyarzún et al., 2002; Pumisacho y Velásquez, 2009).

 

Cruza. Esta actividad le sigue a la arada, y se realiza en sentido contrario. Tiene como fin romper los terrones grandes (Pumisacho y Velásquez, 2009).

 

Rastra. Involucra pases cruzados del campo para desmenuzar los terrones del suelo, a fin de obtener una cama superficial suelta, de 10 a 20 cm de profundidad (Muñoz y Cruz, 1984; Oyarzún et al., 2002; Pumisacho y Velásquez, 2009).

 

Los implementos utilizados para realizar estas labores pueden ser: cultivadores con púas rectas; (ii) cultivadora reciprocante; (iii) rotavator; y (iv) rastra de discos. Todos estos implementos tienen la función de disminuir el tamaño de los terrones (Sims y Rodríguez, 1978.)

 

Desinfestación del suelo. Antes de sembrar es necesario realizar el combate de ciertas plagas del suelo, en lugares donde existen problemas (Naranjo, 1978; Muñoz y Cruz, 1984; Neira, 1986).

 

Surcado. Se debe realizar un día antes de la siembra con el fin de mantener la humedad en el terreno. La distancia entre surcos está determinada por: (i) la topografía del terreno; (ii) la costumbre local; (iii) los implementos disponibles; y (iv) el hábito de crecimiento de la variedad sembrada (Neira, 1986). En terrenos inclinados se debe seguir las curvas de nivel o trazarlos perpendiculares a la pendiente. Los surcos deben tener una gradiente del 2% y su profundidad puede ser de 10 a 15 cm. Como regla general las variedades nativas requieren de surcos más anchos que las variedades mejoradas (Muñoz y Cruz, 1984; Neira, 1986; Oyarzún et al., 2002; Pumisacho y Velásquez, 2009). Las variedades de tipo andígena como Uvilla, Bolona y Chola, desarrollan estolones largos y por ello se les siembra a una distancia considerable (más de 1 m). Las variedades mejoradas como INIAP-Fripapa, INIAP-Rosita, INIAP-Gabriela, INIAP-Margarita, etc., pueden ser sembradas a una distancia de 1 m o menos (Muñoz y Cruz, 1984; Neira, 1986; Oyarzún et al., 2002).

 

Siembra

La calidad de la siembra influye en el éxito del cultivo de la papa. La siembra correcta asegura una emergencia rápida y uniformidad del cultivo. Un cultivo uniforme hace más fáciles las labores culturales y permite la identificación visual de plantas enfermas (Neira, 1986).

 

  • Profundidad de siembra. Depende de la humedad y temperatura del suelo, del tamaño de los tubérculos y sus brotes (Naranjo, 1978; Muñoz y Cruz, 1984; Neira, 1986; Oyarzún et al., 2002). Cuando hay suficiente humedad, los tubérculos deben ser tapados con una capa de 5 cm de tierra. En terrenos secos se recomienda taparlos con una capa de 8 a 12 cm de tierra (Muñoz y Cruz, 1984; Oyarzún et al., 2002).
  • Distancia de siembra. Las distancia de siembra depende de: la variedad, las condiciones de crecimiento y el tamaño deseado de los tubérculos a la cosecha (tubérculos medianos a grandes para consumo y procesos industriales; tubérculos pequeños destinados a semilla y congelados) (Muñoz y Cruz, 1984; Neira, 1986; Oyarzún et al., 2002). La distancia entre surcos puede ser de 0.90 a 1.20 m, dependiendo de la variedad. Si es de origen tuberosum, como INIAP-Fripapa e INIAP-Margarita, la distancia debe ser menor; si es de origen andigena, como Superchola la distancia debe ser mayor (Pumisacho y Velásquez, 2009). Muñoz y Cruz (1984) recomiendan distancias de 0.15 a 0.60 m entre plantas, y distancias de 0.90 a 1.60 m entre surcos. Pumisacho y Velásquez (2009) recomiendan distancias de 0.30 a 0.50 m entre plantas, y distancias de 1.00 a 1.20 m entre surcos. En la producción de semilla se recomienda distancias de 1 m entre surcos y 0,25 m entre plantas (Montesdeoca, 2005).
  • Densidad de siembra. Tradicionalmente, la densidad de un cultivo se ha expresado como número de plantas por unidad de área. Sin embargo, en el cultivo de papa cada planta proveniente de un tubérculo forma un conjunto de tallos, cada uno de los cuales forma raíces, estolones y tubérculos. Como resultado, la densidad efectiva de una parcela de papa equivale a la densidad de plantas multiplicada por la densidad de tallos (Neira, 1986; Oyarzún et al., 2002).

 

La densidad de plantas se determina mediante la siguiente fórmula:

 

 

 

 

 

Donde,

Área que ocupa una planta (m2) = Distancia entre plantas (m) x distancia entre surcos (m)

 

Ejemplo. Se necesita conocer la densidad de plantas para una siembra de 1 ha, con una distancia entre plantas de 0.3 m entre plantas y 1.5 m entre surcos.

Área de una planta = 0.3 m entre plantas * 1.5 m entre surcos = 0.45 m2

 

 

 

 

 

  • Densidad de tallos. A menor densidad de tallos corresponde menor cantidad de tubérculos en su mayoría de tamaño grande, pero se reduce el número de tubérculos por unidad de área. Con el aumento de la densidad de tallos se produce gran cantidad de tubérculos de tamaño pequeño y aumenta el número de tubérculos por unidad de área (Neira, 1986; Oyarzún et al., 2002). La densidad de los tallos se puede calcular con más precisión al momento de la madurez fisiológica, cuando es más fácil separar los tallos principales de los secundarios. El tallo principal nace del brote del tubérculo-semilla, en tanto que el tallo secundario nace de la yema subterránea del tallo principal (Pumisacho y Velásquez, 2009).

 

Para obtener la densidad de tallos por mse aplica la siguiente fórmula (Oyarzún et al., 2002):

 

 

 

 

 

n = número de sitios muestreados.

 

Ejemplo:

  • Número total de tallos (seleccionados en cuatro sitios al azar de 10 m c/u) = 440
  • Área muestreada (4 sitios * 10 m c/u) = 40 m
  • Distancia entre surcos = 1.1 m

 

 

 

 

 

Densidad de tallos = 10 tallos/ m2

 

  • El número de tallos principales depende del tamaño de la semilla, variedad, número de brotes y método de siembra. A su vez, el número de brotes depende del número de brotes por tubérculo y del número de tubérculos sembrados. Finalmente, el número de brotes por tubérculo depende del tamaño de la semilla, de la variedad, del tratamiento que se haga a la semilla y de la edad fisiológica de la misma. Las variedades nativas se caracterizan por generar un gran número de tallos, mientras que las mejoradas tienden a producir de tres a cuatro tallos por tubérculo-semilla (Neira, 1986; Oyarzún et al., 2002).
  • Se debe tener en cuenta que en condiciones de baja producción, la alta densidad de tallos reducirá el rendimiento. En la producción de papa para semilla se busca generalmente reducir el tamaño del tubérculo. Por eso se usa una densidad más alta que en la producción de papa para consumo. Investigaciones han demostrado que los mejores rendimientos para producción de semilla se obtienen con una densidad de 30 a 40 tallos/m2 (Oyarzún et al., 2002).