Control químico

Control Químico

 

Involucra la utilización de fungicidas, es decir, productos químicos capaces de prevenir la infección o realizar algún tipo de control posterior a la infección (Pérez y Forbes, 2008). Los ingredientes activos más usados para controlar la lancha son clasificados según su modo de acción como sistémicos, translaminares y de contacto (o protectantes).

 

De contacto. Actúan sobre la superficie de la planta y evitan la germinación y penetración del patógeno, disminuyendo las fuentes de la enfermedad. Son conocidos como fungicidas protectantes, residuales o de contacto. Entre los más importantes se encuentran los cúpricos y los ditiocarbamatos. Sólo protegen la zona donde se deposita el fungicida, de ahí que su efectividad se ve reducida por factores como la lluvia, el crecimiento del follaje, una mala aplicación, etc (Pérez y Forbes, 2008).

 

Sistémicos. Estos productos son absorbidos a través del follaje o de las raíces. La translocación se realiza en forma ascendente (acropétala) y a veces descendente (basipétala), por vía interna a través del xilema y floema. Inhiben algunas o varias etapas específicas del metabolismo del patógeno. Con ciertos productos, su uso continuo ha generado la aparición de cepas resistentes a estos fungicidas (Pérez y Forbes, 2008).

 

Translaminares. Son productos que tienen la capacidad de moverse a través de la hoja, pero no de hoja a hoja, por lo que las hojas producidas después de la aspersión del producto no estarán protegidas contra el patógeno (Pérez y Forbes, 2008).

Coeficiente de Impacto Ambiental

 

El Coeficiente de Impacto Ambiental (CIA) es un valor numérico que permite resumir los efectos de un pesticida en el medio ambiente y las personas (productor y consumidor). El cálculo de este valor se lo hace mediante una ecuación que se basa en tres componentes: daños al agricultor, daños al consumidor y daño ecológico. Cada plaguicida tiene un CIA específico y si se acumula este valor dependiendo de la cantidad de plaguicida usado (dosis y volumen de aplicación) es posible calcular la Tasa de Impacto Ambiental (TIA). A mayor TIA, mayor impacto en el ambiente, productor y consumidor (Kovach et al., 1992; Barona, 2009). Los fungicidas se pueden clasificar también de acuerdo al coeficiente de impacto ambiental (CIA) (Tabla 4).

 

Tabla 4. Ingredientes activos y coeficiente de impacto ambiental de fungicidas sistémicos, translaminares y de contacto utilizados en el control de lancha de la papa.

 

Ingredientes activos Coeficiente de Impacto Ambiental (CIA) Modo de acción Ingredientes activos Coeficiente de Impacto Ambiental (CIA) Modo de acción
Benalaxyl(1) 29.4 Sistémico Cobres de contacto(2, 4) 38.5 Contacto
Cobre sistémico(2, 3) 61.9 Sistémico Clorotalonil 37.4 Contacto
Fosfito de potasio 7.33 Sistémico Fentín(2) 61.9 Contacto
Fosetyl aluminio 11.3 Sistémico Folpet 31.7 Contacto
Metalaxyl(1) 29.4 Sistémico Mancozeb 25.7 Contacto
Propamocarb 23.9 Sistémico Maneb 21.4 Contacto
Cymoxanil 8.7 Translaminar Metiran 40.6 Contacto
Dimethomorph 24.0 Translaminar Propineb 16.9 Contacto
Captan 29.7 Contacto Zineb 38.1 Contacto

(1) Usarlos en rotación con otros ingredientes activos.
(2) Usarlos después de floración

(3) Sulfato de cobre
(4) Hidróxido de cobre

 

Fuente: Kovach et al. (1992); Cáceres et al. (2007); Pérez y Forbes (2008); Barona (2009).

Fosfitos

 

Los fosfitos son derivados del ácido fosforoso (Lovatt y Mikkelsen, 2006) y representan un tipo de molécula interesante para el control de lancha. Se caracterizan por su buen movimiento dentro de la planta (acropétala y basipétala) (Johnson et al., 2004). Tienen acción antifúngica y probablemente actúen también como activadores de resistencia (Payeras, 2008). Funcionan mejor en genotipos con cierto nivel de resistencia genética (Taipe et al., 2008b; Taipe et al., 2010). Tienen un valor muy bajo de CIA (7.33) en relación a los ditiocarbamatos que presentan un valor de (14.6) (Kovach et al., 1992). Esto indica que el efecto en el ambiente y humanos es 100% menor utilizando este tipo de fungicidas. (Johnson et al., 2004).

 

Investigaciones en Ecuador muestran una reducción de TIA en más del 90% al usar clones resistentes a lancha y precoces más un manejo integrado de plagas y enfermedades con plaguicidas de bajo CIA (incluidos fosfitos), en comparación con una variedad susceptible y tardía más un manejo convencional con plaguicidas de alto CIA (como mancozeb) (Taipe et al., 2008a; Barona, 2009; Colcha, 2009).

Resistencia a fungicidas

 

Para evitar la resistencia a fungicidas (es decir, una menor sensibilidad que la normal a dichos productos en una población del patógeno) se deben tomar las siguientes precauciones:

 

  • Monitorear el desarrollo de la resistencia (Oyarzún et al., 2002)
  • Limitar el número de aplicaciones de un fungicida de alto riesgo (Pérez y Forbes, 2008).
  • Mezclar un fungicida de alto riesgo con uno de bajo riesgo incluyendo el uso de ingredientes activos con diferentes modos de acción (Pérez y Forbes, 2008).
  • Evitar el uso de fungicidas en forma curativa y manejar las enfermedad bajo el concepto de manejo integrado (Oyarzún et al., 2002)

 

Recomendaciones para el uso de fungicidas

 

La decisión de qué fungicida usar y cuándo hacerlo es un proceso relativamente complejo. Hay varias recomendaciones que se han generado para los agricultores:

Recomendaciones en base a la variedad, nivel de enfermedad y condiciones ambientales 

 

Oyarzúnet al.(2002) recomienda que en el caso de variedades susceptibles no se debe dejar que la epidemia alcance más del 0.5% de severidad antes de intervenir; es decir, cuando se encuentra un par de manchas en pocas plantas en un radio de 10 metros o no más de dos lesiones por 10 m de hilera (para evaluar la severidad de lancha se puede usar la escala descrita en la Tabla 5). Si hay lluvias o neblina iniciar con una aplicación cuando el cultivo haya alcanzado 80% de emergencia y las plántulas tengan de 8 a 10 cm de altura. De ser necesario proteger el cultivo cada 5 a 8 días. Usar un sistémico si el protectante no ha podido detener el avance de la epidemia.

 

Si se trata de variedades resistentes o moderadamente resistentes, iniciar la protección con sistémicos y usarlos hasta dos veces durante la estación alternando el ingrediente activo para evitar el desarrollo de formas resistentes del patógeno. Si las condiciones climáticas son favorables para el desarrollo de la enfermedad continuar utilizando protectantes con 6 a 8 días de intervalo.

 

Recordar que el número total de aplicaciones para un nivel dado de resistencia es directamente proporcional a la cantidad de tiempo que el cultivo permanece en el campo, es decir, variedades precoces van a necesitar menos aplicaciones que variedades tardías (Oyarzún et al., 2002).

 

Tabla 5. Escala para estimación de lancha en el follaje.

 

Infección (%) Síntomas
0 No hay síntomas visibles
0.1 a 1 Pocas plantas afectadas, no más de 2 lesiones en un radio de 10 metros o en una hilera de la misma longitud
3 Hasta 10 lesiones pequeñas por planta.
5 De 30 a 50 manchas pequeñas por planta o 1 de cada 20 foliolos con síntomas
25 Casi todos los foliolos con alguna lesión. Las plantas tiene forma normal, de aspecto verdoso aunque casi todas están afectadas.
50 Todas las plantas están afectadas y cerca de la mitad del follaje ha sido destruido; el campo aparece moteado de verde a café.
75 Tres cuartas partes de cada planta están destruidas por la lancha. El follaje no es ni del todo café ni del todo verde. La mayoría de las veces las hojas inferiores se han podrido completamente y aparecen algunas hojas verdes en el tope. El cultivo ha perdido densidad y está más abierto.
95 Sólo unos pocos foliolos verdes. Los tallos generalmente están verdes. El aspecto del campo es predominantemente café.
100 Tallos y hojas muertos

Fuente: Fry (1977); Oyarzún et al. (2002)

Recomendaciones en base a la cantidad de lancha, condiciones ambientales, variedad, estado del cultivo y periodo desde la última aplicación de fungicida

 

Cácereset al.(2007) recomienda tomar en cuenta los datos de campo descritos en la Tabla 6 antes de decidir una aplicación de fungicidas.

 

Tabla 6. Datos de campo que se debe tener en cuenta antes de usar fungicidas.

 

Datos de campo Escenario y cantidad de fungicidas
A. Cantidad de lancha alrededor y dentro del campo Mucha lancha, más aplicaciones de fungicidas. Poca lancha, menos aplicaciones de fungicidas.
B. Condiciones ambientales: lluvia y temperatura Lluvioso y tibio, más aplicaciones de fungicidas. Seco y frío, menos aplicaciones de fungicidas.
C. Resistencia de la variedad de la papa. Susceptible, más aplicaciones de fungicidas. Resistente, menos aplicaciones de fungicidas.
D. Estado de crecimiento del cultivo. De emergencia a floración, más aplicaciones de fungicidas. En estado de maduración del cultivo, menos aplicaciones de fungicidas. Si en cultivos anteriores se ha observado presencia de lancha en los tubérculos, se debe aplicar fungicida también en las últimas etapas del cultivo.
E. Período desde la última aplicación de fungicida. Es necesario saber cuándo fue la última vez que se aplicó un fungicida y cuáles fueron las condiciones ambientales durante este período, pues la lluvia lava los fungicidas.

Si se realizó una aplicación de fungicida hace pocos días y luego el tiempo fue seco, es probable que todavía haya fungicida sobre la hoja. Por lo tanto, no es necesario aplicar fungicida nuevamente.

Si se realizó una aplicación de fungicida hace pocos días y luego fue lluvioso es probable que no haya fungicida sobre la hoja. Por lo tanto, es necesario aplicar fungicida nuevamente.

Fuente: Cáceres et al. (2007)

 

La lancha es una enfermedad que progresa rápidamente, por lo que la parcela debe ser visitada al menos una vez por semana. Estas visitas permiten evaluar a la lancha para así tomar medidas oportunas de control (por ejemplo, uso de fungicidas). Si las condiciones son extremadamente favorables para lancha las aplicaciones de fungicidas se las puede hacer cada 5 a 7 días. En condiciones favorables, las aplicaciones se las puede hacer cada 10 a 15 días. En condiciones desfavorables, las condiciones se las puede hacer cada 21 a 30 días o más (Cáceres et al., 2007).

 

Cáceres et al. (2007) también propone un sistema de apoyo de decisión para uso de fungicidas basado en los datos de campos antes descritos. Este sistema se encuentra en validación en la sierra de Perú y Ecuador (W. Pérez y A. Taipe, comunicación personal). Este sistema consiste en realizar visitas semanales al cultivo en las que el agricultor evalúa los factores descritos en la Tabla 7 y a cada uno de ellos le asigna un valor. Estos valores se suman y el total obtenido se lo compara con los valores de la Tabla 8, obteniéndose una recomendación sobre el uso de fungicidas.

 

Tabla 7. Sistema de apoyo de decisión para control de lancha de la papa.

 

Criterio Puntaje
Resistencia de la variedad de papa

Muy susceptible

Susceptible

Resistente

3

2

1

Condiciones ambientales

Muy lluvioso

Lluvioso

Seco

3

2

1

Estado del cultivo

Crecimiento y floración

Madurez

2

1

Cantidad de lancha alrededor y dentro del campo

Mucha lancha

Poca lancha

Sin lancha

3

2

1

Período desde la última aplicación de fungicida.

Más de 14 días

Entre 8 y 13 días

7 días o menos

3

2

1

 

Fuente: Cáceres et al. (2007)

 

Tabla 8. Guía para las recomendaciones del sistema de apoyo de decisión para control de lancha de la papa.

 

Suma de puntos Recomendación
5 No aplicar fungicida
6 a 9 Aplicar fungicida de contacto
10 a 14 Aplicar fungicida sistémico

Fuente: Cáceres et al. (2007)

Recomendaciones en base a umbrales de precipitación acumulados

 

Otra forma de decidir cuándo aplicar un fungicida es mediante los umbrales de precipitación acumulados. Este sistema se basa en el principio de que la lluvia lava el fungicida y por lo tanto determina la cantidad de fungicida que se dispone en la superficie de la planta para controlar a P. infestans. La técnica consiste en medir la cantidad de lluvia con un pluviómetro casero y en base a este dato decidir si es necesario aplicar un fungicida. A mayor cantidad de lluvia se espera que mayor sea el lavado del fungicida y por lo tanto es necesario volver aplicar un fungicida (Kromannet al., 2009).

 

Tras cinco años de investigación en Ecuador y Perú se demostró que los umbrales de precipitación pueden ser usados bajo ciertas circunstancias por agricultores de bajos recursos, para decidir la aplicación de los fungicidas de una manera más eficiente y segura.

 

  • Umbrales menores de 20 mm pueden ser utilizados para trabajar con variedades de papa que presenten niveles moderados de resistencia (Kromann et al., 2009).
  • Umbrales más altos de hasta 50 mm resultaron en reducciones significativas en la aplicación de fungicidas, comparadas con aplicaciones tipo calendario. Sin embargo estos umbrales requieren variedades de papa con un alto nivel de resistencia (valor de escala de 3) (Kromann et al., 2009).