Estudio revela el potencial de la papa en reducción de la anemia

Las participantes del estudio absorbieron 28% del hierro de las papas Peruanita que consumieron. D.Dudenhoefer/CIP

Es sabido que la papa es una buena fuente de energía, potasio y vitaminas C y B6, pero según una investigación publicada recientemente en el Journal of Nutrition, sus tubérculos también pueden ser una excelente fuente de hierro. Esto significa que las papas pueden cumplir un papel muy importante en los esfuerzos para reducir la deficiencia de hierro, que es la principal causa de anemia que afecta a aproximadamente dos mil millones de personas en todo el mundo.

En los países en desarrollo, casi la mitad de las embarazadas y el 40% de niños en edad preescolar tienen anemia, lo que afecta su desarrollo físico y mental, hace que los adultos sean menos productivos y propicia aproximadamente el 20% de muertes maternas.

Un estudio entre mujeres con deficiencia de hierro en la región de Huancavelica, en el Perú, que consumieron 500 gramos de papa al día durante dos semanas, encontró que las tasas de absorción de hierro de esas papas fue mucho más alto que las reportadas en otros cultivos.

Mientras que las personas absorben solamente entre 2-10% aproximadamente del hierro de la mayoría de verduras, el 8% del hierro del mijo perla y menos del 10% del hierro contenido en los frejoles, las participantes de este estudio absorbieron 28% del hierro de las papas de pulpa amarilla que consumieron. En otras palabras, los 500 gramos de papa que las participantes consumieron les proporcionaron el 33% de los requerimientos diarios de hierro que necesita una mujer en edad reproductiva.

“Nadie esperaba que la papa tuviera tan alto nivel de absorción de hierro”, señaló Gabriela Burgos, nutricionista del Centro Internacional de la Papa (CIP), que realizó el estudio en colaboración con ETH Zürich y el Instituto de Investigación Nutricional del Perú. Agregó que este es el primer estudio que se realiza sobre la biodisponibilidad del hierro de la papa en humanos, y ha producido una agradable sorpresa del tipo esperado por los científicos.

“A pesar de que contiene mucho menos hierro que cultivos como los frejoles o la espinaca, la papa tiene un gran potencial para reducir la deficiencia de hierro de las personas debido a que el cuerpo humano absorbe una proporción más grande del hierro de la papa”, señaló Burgos, una de las autoras del estudio.

Explicó que ello se debe a que la mayoría de verduras y legumbres contienen altos niveles de fitatos y otros compuestos que inhiben la absorción de hierro, mientras que las papas tienen bajos niveles de fitatos y mucha vitamina C, que mejora la absorción de hierro.

Los resultados del estudio son especialmente significativos porque se dan en el marco de una iniciativa para aumentar los niveles de hierro de la papa mediante mejoramiento convencional –un proceso denominado biofortificación— y difundir las variedades resultantes en áreas donde la deficiencia de hierro constituye un problema.

Según Burgos, las papas biofortificadas son una excelente opción para reducir la deficiencia de hierro en zonas de altura como Huancavelica, donde la gente come carne con poca frecuencia y la mayor parte de adultos consume entre 300 y 600 gramos de papa diariamente. Podrían ser igualmente beneficiosas en áreas de producción de papa de África y Asia, donde las personas tienen dietas similares.

No obstante, Burgos subrayó que se necesita hacer un estudio de eficacia para demostrar que hay una mejora importante en el estado de hierro y zinc de las personas que incorporan las papas biofortificadas como parte de sus dietas regulares.

Mejora del valor nutricional de la papa

El descubrimiento del potencial de la papa para suministrar hierro es el último capítulo de una historia que lleva desarrollándose hace más de 15 años. Comenzó en 2004, cuando los científicos del CIP que trabajaban en biofortificación de la papa analizaron el contenido nutricional de aproximadamente 582 tipos de papas nativas recolectadas en los Andes –la cuna de la biodiversidad de la papa— e identificaron 16 cultivares con altos niveles de hierro y/o zinc. Mientras el CIP compartía esos cultivares con las organizaciones de agricultores para evaluar y seleccionar los mejores para ser promovidos localmente, los mejoradores comenzaron a cruzarlos para producir progenies con niveles aún más altos de hierro y zinc. A lo largo de más de una década, una serie de cruzamientos, evaluaciones y selección dieron lugar a una población de papas con 40-60% más de hierro y zinc que las variedades convencionales. Algunas de esas papas nativas biofortificadas fueron compartidas con agricultores de Perú y Bolivia, y paralelamente los científicos del CIP empezaron a cruzarlas con papas de una población mejorada más resistente y de mayor rendimiento.

“Los mejoradores del CIP actualmente se están enfocando en combinar un alto contenido nutricional con otras características importantes, como la resistencia a plagas y enfermedades, para crear nuevas variedades de papas biofortificadas que se adapten a un conjunto más amplio de áreas de cultivo”, informó Hannele Lindqvist-Kreuze, jefa de la división de mejoramiento de cultivos del CIP.

Las participantes del estudio de Huancavelica consumieron 500 gramos diarios de una papa de pulpa morada o de una variedad nativa llamada “Peruanita”, que tiene pulpa amarilla. Aunque la papa de pulpa morada tenía el doble de concentración de hierro que la Peruanita, se determinó que la biodisponibilidad de ese hierro era menor. Burgos sospecha que los polifenoles, sustancias químicas responsables del tono morado del tubérculo, pueden inhibir la absorción de hierro. Un segundo estudio, planificado para 2021, comparará la absorción de hierro de una papa de pulpa amarilla biofortificada con hierro y la “Peruanita”.

La mejoradora de papa Elisa Salas con papas biofortificadas.

Elisa Salas, mejoradora de papa, explicó que, basándose en estos resultados, el CIP dejará de promover las papas biofortificadas de pulpa morada y comenzará a analizar el contenido de polifenoles de las variedades potenciales para eliminar de sus líneas de mejoramiento aquellas que presenten altos niveles de esas sustancias.

“Los resultados de este estudio fortalecerán nuestro desarrollo de papas con alto valor nutricional y altos rendimientos”, precisó Salas.

Añadió que el CIP tiene previsto lanzar en 2021 dos variedades biofortificadas de papa en el Perú. Esas papas fueron seleccionadas de una lista de 12 candidatas que obtuvieron los mejores resultados de un total de 30 que fueron sometidas a evaluaciones de campo en lugares esparcidos por todo el país, en colaboración con el Instituto Nacional de Innovación Agraria y otros socios.

Mientras se han venido trabajando para la liberación de variedades biofortificadas en el Perú, el banco de germoplasma del CIP ha enviado plántulas in vitro de por lo menos 50 papas biofortificadas a los centros nacionales de investigación agrícola de África y Asia para su evaluación y posible liberación como variedades. En años recientes, el CIP ha colaborado con los procesos de evaluación de los programas nacionales de papa de Etiopía, Ruanda, Bután y Nepal, y es probable que en algunos de esos países se liberen variedades de papa biofortificadas con hierro y zinc en los próximos años.

“El CIP ha sido pionero en la biofortificación de la papa, gracias a la visión de los investigadores que pusieron el desarrollo de una solución para la desnutrición materno-infantil en nuestra agenda hace más de 15 años, y a los donantes que apoyaron este trabajo”, reconoció Salas.

Alimento nutritivo para el mundo

Madre e hijo con papas biofortificadas en Huancavelica. S.Fajardo/CIP

El trabajo de biofortificación de la papa complementa al que realiza el CIP en mejoramiento y promoción del camote de pulpa anaranjada para reducir la deficiencia de vitamina A, la principal causa de la ceguera prevenible en niños. En la última década, el CIP y sus socios han desarrollado variedades localmente adaptadas de camote de pulpa anaranjada y han entregado material para su siembra a más de 6.5 millones de familias agricultoras en África y Bangladesh.

En años recientes, los mejoradores de camote de Mozambique produjeron un camote anaranjado con el doble de hierro que la mayoría de variedades. Si bien la habilidad de este camote para mejorar los niveles de vitamina A en los niños quedó demostrada por la investigación hace algunos años, la biodisponibilidad de hierro en este camote biofortificado se probó en Malawi en 2019 con ensayos de alimentación. Aunque su absorción de hierro fue de alrededor de un 6%, menor que la de la papa, gracias a su elevado contenido de hierro, los 400 gramos de la nueva variedad que consumieron las participantes en el estudio les proporcionó 18% de las necesidades diarias de hierro de una mujer en edad reproductiva.

“Juntos, estos resultados confirman el potencial de la papa y del camote biofortificados para mejorar la seguridad alimentaria y nutricional”, afirmó Hugo Campos, director de investigación del CIP y uno de los autores del estudio. “Las inversiones en la biofortificación de estos cultivos pueden contribuir a mejorar el bienestar y los medios de vida de muchos millones de pequeños agricultores de los países en desarrollo”, añadió.

Las papas y los camotes enriquecidos con hierro se suman a una lista creciente de cultivos básicos biofortificados desarrollados por los científicos del CIP y otros centros del CGIAR como parte de un esfuerzo mundial para reducir la deficiencia de micronutrientes al tiempo que se contribuyen a aumentar la seguridad alimentaria y los ingresos. Desde 2004, se han liberado más de 130 cultivos biofortificados en por lo menos 30 países de África, Asia y América Latina.

“Invertir en el mejoramiento de cultivos biofortificados, y especialmente de la papa, es una manera muy efectiva de desarrollar soluciones escalables para problemas generalizados de salud pública como la anemia”, concluyó Campos.

 

Lea la investigación (en inglés)

Esta investigación fue apoyada por los contribuyentes del CGIAR Trust Fund, el Programa de Investigación del CGIAR en Raíces, Tubérculos y Bananas, la Unión Europea, Harvest Plus, y la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional.

Blog de David Dudenhoefer
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