
El enfoque en desarrollar y ofrecer variedades de cultivos superiores se alinea con el imperativo de satisfacer las demandas cambiantes tanto de los agricultores como de los consumidores. El Centro Internacional de la Papa (CIP) y los Programas Nacionales están comprometidos a acelerar la modernización de los esfuerzos de mejoramiento, enfatizando en la capacidad de respuesta a las necesidades de los agricultores y el imperativo de reemplazar variedades más antiguas por otras mejoradas.
Al reconocer la urgencia de los impactos del cambio climático en la agricultura, incluidas la sequía, las inundaciones y el calor extremo, el desarrollo de cultivos resilientes al clima se vuelve fundamental para sostener la producción de alimentos. Los cultivos biofortificados con mayor valor nutricional, mejores rendimientos y resiliencia a los factores ambientales estresantes son cruciales para abordar los desafíos alimentarios globales, especialmente con la disminución proyectada de la tierra cultivable.
La estrategia del CIP implica la colaboración con socios para desarrollar variedades resilientes y nutritivas, garantizando la accesibilidad a través de sistemas de semillas, robustos. El objetivo final es llegar a diversos segmentos del mercado adaptando y entregando continuamente variedades mejoradas que satisfagan las necesidades cambiantes de las preferencias de los agricultores y consumidores, contribuyendo a un mundo más resiliente y con seguridad alimentaria.