Luchando contra el hambre con papas biofortificadas

Cada día, las papas alimentan a millones de familias en los Andes peruanos. Pero aunque llenan los platos, no siempre satisfacen todas las necesidades nutricionales. En este Día Mundial de la Alimentación, el Centro Internacional de la Papa destaca cómo las papas biofortificadas están ayudando a convertir una comida sencilla en una poderosa fuente de nutrición y salud.

El problema invisible: el hambre oculta

En todo el mundo, millones de personas sufren de hambre oculta, deficiencias de micronutrientes causadas no por la falta de alimentos, sino por la carencia de vitaminas y minerales esenciales como el hierro y el zinc.

En las zonas altas del Perú, donde la papa es un alimento básico diario, la deficiencia de hierro y la anemia siguen siendo graves problemas de salud pública.

“El hambre oculta suele pasar desapercibida, pero su impacto en el crecimiento de los niños, la salud de las mujeres y la productividad general es enorme”, explica Gabriela Burgos, científica del CIP. “Por eso estamos trabajando para que la papa, un alimento cotidiano, sea más nutritiva.”

Una papa que nutre

Los científicos del CIP han desarrollado papas biofortificadas con hierro mediante mejoramiento convencional. Estas variedades contienen un 50% más de hierro que las variedades comerciales, además de vitamina C natural, que ayuda al cuerpo a absorber el hierro de manera más eficiente.

Los estudios demuestran que consumir 500 gramos de estas papas —una cantidad común en la dieta andina— puede cubrir más de la mitad de los requerimientos diarios de hierro de una mujer.

Enraizada en la agricultura local

El Perú es el primer país del mundo en lanzar papas biofortificadas con hierro. A través de alianzas con agricultores, gobiernos locales y programas de nutrición, el CIP está ayudando a introducir estas variedades en las zonas altas del norte, centro y sur del país. El objetivo: llegar a más de 4,5 millones de personas en el Perú y, posteriormente, expandirse a Bolivia y Ecuador.

Al cultivar y consumir papas biofortificadas, los pequeños agricultores fortalecen tanto sus medios de vida como la nutrición de sus comunidades.

Dietas saludables para todos

En línea con el tema del Día Mundial de la Alimentación de este año, dietas saludables para todos, las papas biofortificadas ofrecen una forma sencilla, asequible y culturalmente arraigada de mejorar la nutrición. Ayudan a cerrar la brecha entre la ciencia y la tradición, entre la agricultura y la salud.

Porque luchar contra el hambre oculta no siempre requiere nuevos alimentos. A veces, solo se necesita hacer que uno familiar sea aún mejor.

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