Se trata de la Asociación de Guardianes de Papa Nativa del Centro de Perú (AGUAPAN), que quedó formalmente constituida el pasado 10 de julio en la ciudad de Huancayo.
“Las familias de pequeños agricultores en los centros de origen de cultivos cumplen un rol especial en la conservación y evolución de dichos cultivos, especialmente aquellas familias custodias o guardianas que mantienen colecciones excepcionalmente ricas de variedades nativas”, explica Stef de Haan, líder del Programa de Recursos Genéticos del Centro Internacional de la Papa (CIP), uno de los organismos que apoya la iniciativa. “Eso está reconocido en tratados internacionales bajo el concepto de distribución de beneficios (‘benefit sharing’) que plantea que estas familias y comunidades requieren ser reconocidas y compensadas por la labor que realizan. Sin embargo, en la práctica existen pocos ejemplos de la implementación del concepto”, agrega.
AGUAPAN reúne a 43 socios provenientes de igual número de comunidades campesinas dispersas en cinco departamentos productores de papas del centro del Perú. Es una iniciativa apoyada por la empresa holandesa HZPC, en el marco de su política de responsabilidad social corporativa, el Instituto Nacional de Innovación Agraria (INIA), la Sociedad Peruana de Derecho Ambiental (SPDA), el grupo Yanapai y el CIP.
Los hombres y mujeres que conforman AGUAPAN fueron seleccionados de acuerdo a varios criterios, entre ellos tener el reconocimiento de su comunidad y/o de un institución como custodios de la diversidad de papas nativas, mantener al menos 50 cultivares, requerir apoyo, no pertenecer a la misma comunidad ni ser familia directa de otro candidato y respetar la equidad de género.
Los 43 agricultores custodios de papas nativas viajaron a Huancayo para un primer encuentro el pasado 10 de julio en la estación Santa Ana del INIA. Después de constituir formalmente la asociación y darle nombre, trabajaron en grupos para tomar decisiones sobre los beneficios percibidos, la inversión inicial y la parte legal de la asociación.
Los beneficios percibidos y pedidos por los agricultores incluyen no solamente ayuda tecnológica para el mejoramiento de la producción (semillas, control de plagas y enfermedades, control de factores climáticos adversos, abonamiento/fertilización), sino también el reconocimiento de los custodios y de las papas nativas como patrimonio por parte del Estado peruano, el acceso a más tierras para cultivar, apoyo económico (créditos, subsidios, becas) para la educación de los niños y jóvenes y una mejor salud y nutrición familiar.
Los mismos agricultores decidieron que las familias reciban dinero en efectivo para poder acordar de manera más efectiva en qué invertir, pues los fondos se deben usar en actividades relacionadas con la conservación de papas nativas y/o en aspectos de salud y educación para el bienestar de la familia de los custodios. Posteriormente, cada familia justificará esas inversiones ante el consejo que será elegido en la próxima reunión de AGUAPAN.
Una de las socias, Juana Segama, de Allato, Huancavelica, dice que su mayor desafío es encontrar un mercado para sus papas. “Cultivo papas nativas como lo hizo mi mamá antes que yo y mi abuelo antes que ella”, explica. “Tengo 214 variedades pero siempre me sobran semillas, espero que la asociación me ayude, como a otros, a vender en Huancayo, quizás en Lima. El transporte hacia la ciudad es siempre un problema”, agrega.
Espirita Guerrero, de San José de Aymara, Huancavelica, también menciona la necesidad de hacer contactos para poder llevar su producción de papas nativas a otros mercados. Ella cultiva unas 180 variedades en su chacra, o campo. “En mi casa, las papas representan el primer plato en nuestra mesa”, dice esta agricultora, ahora tesorera de AGUAPAN. “Mi familia está muy orgullosa que yo participe en esta iniciativa”, añade. “Espero que avancemos en el tema de los mercados en la próxima reunión de la asociación que tendremos en septiembre; la asociación nos va a ayudar a conservar nuestras variedades de papas, para que no se pierdan”, indica.
El concepto de distribución de beneficios (“benefit sharing”) aparece en particular en el Tratado Internacional sobre los Recursos Fitogenéticos para la Alimentación y la Agricultura. Más información en: http://www.planttreaty.org/es/content/derechos-de-los-agricultores