El banco de germoplasma del CIP salvaguarda la recolección de papas in vitro más grande del mundo -más de 4800 accesiones genéticamente únicas-conservadas como plantas diminutas en tubos de ensayo refrigerados o esquejes de tejido congelados, lo que lo convierte en líder mundial en la tecnología rentable y a largo plazo de crio preservación . El Centro utiliza esa diversidad genética para producir variedades robustas, resistentes y nutritivas, y la comparte a nivel mundial.
Desde 1997, el banco de germoplasma también ha introducido nuevamente 1,519 accesiones de papas nativas a comunidades andinas en Perú, entregando cerca de 150,000 tubérculos-semilla a 135 comunidades que los solicitaron. Esas papas no solo reemplazan las variedades locales perdidas por plagas, enfermedades o condiciones climáticas extremas, sino que los técnicos del CIP las han limpiado de virus que comúnmente infectan el cultivo y reducen el rendimiento.
“Si bien la función principal del banco de germoplasma es conservar la biodiversidad y compartirla con los investigadores en virtud del Tratado Internacional sobre los Recursos Fitogenéticos para la Alimentación y la Agricultura, este programa garantiza que los agricultores también se beneficien directamente de nuestro trabajo”, dice Vania Azevedo, quien dirige el Banco de germoplasma del CIP y Programa Biodiversidad para el Futuro.
Un estudio en 65 comunidades que se beneficiaron de este programa publicado en CABI Agriculture and Bioscience confirmó que muchos agricultores continúan cultivando esas variedades locales años después de recibirlas, aunque la mayoría las pierde dentro de los cuatro años. Según Sophia Lüttringhaus, la autora principal del artículo, las mujeres y los agricultores de 60 años o más conservaron esas variedades locales por más tiempo, mientras que las accesiones entregadas a hombres cabeza de familia o agricultores menores de 29 años tenían menos probabilidades de sobrevivir.
Lüttringhaus señala que la relación a largo plazo que el CIP ha establecido con las comunidades rurales es excepcional a pesar de la pérdida de algunas variedades locales introducidas nuevamente.
Lüttringhaus manifiesta que “Este es un programa dinámico altamente beneficioso que ha establecido un intercambio circular entre el banco de germoplasma y las comunidades”. “Las comunidades no solo se benefician de semillas de papa sanas y una mayor diversidad en las áreas agrícolas, sino que los científicos también han descubierto variedades locales que no estaban en la colección de papas del banco de germoplasma ”.
Portafolios de papas
Los pequeños productores, en muchas comunidades andinas, cultivan 50 o más variedades de papas nativas en la misma parcela. Esa diversidad proporciona variadas cualidades culinarias y nutricionales, ya que las variedades locales contienen diferentes niveles de vitaminas y minerales. También aumenta la resiliencia de los agricultores, ya que las variedades locales tienen una tolerancia amplia a enfermedades, plagas o factores estresantes ambientales. Sin embargo, esas amenazas inevitablemente eliminan algunas variedades de las parcelas de los agricultores, lo que hace que la conservación y nueva introducción sean importantes para las comunidades andinas.
El curador de papas del banco de germoplasma y coautor del estudio, René Gómez, inició esfuerzos para devolver la diversidad de papas nativas a las comunidades andinas en 1997, en San José de Aymará. A medida que la iniciativa se expandió, San José de Aymará se convirtió en un centro de multiplicación, cultivando accesiones del banco de germoplasma para producir semillas de papa libres de virus para su distribución a nivel nacional.
Según Nelissa Jamora, economista agrícola de Global Crop Diversity Trust y otro coautor, mientras que los bancos de germoplasma suelen repatriar variedades después de los desastres naturales, el CIP se ha asociado con las comunidades para ayudarlas a hacer frente a las amenazas recurrentes y aumentar la biodiversidad en sus áreas agrícolas.
“Es esencial la diversidad de cultivos en las áreas agrícolas. Sabemos por muchos casos lo desastroso que puede ser para los sistemas agroalimentarios cuando las áreas agrícolas son homogéneas. En un corto período de tiempo, una enfermedad puede acabar con los medios de subsistencia”, dice Jamora.
Múltiples beneficios
Los rendimientos más altos y diversidad en las áreas agrícolas tienen múltiples beneficios. Los agricultores de San José de Aymará formaron una cooperativa y abrieron un negocio, Agropia al forjar alianzas con organizaciones sin fines de lucro y programas gubernamentales, que produce papas fritas nativas y otros productos para el mercado nacional y de exportación.
Gómez explica que los agricultores que siembran semillas de papa sin virus disfrutan de mayores rendimientos, y debido a que los agricultores andinos tradicionalmente venden o intercambian semillas de papa con otros en sus áreas, los agricultores en comunidades más allá de las alcanzadas por el programa se han beneficiado de semillas saludables y una mayor diversidad de papas.
“Los representantes de nuevas comunidades me contactan todos los años para solicitar semillas de papa por las variedades locales que han perdido”, dice Gómez. “Muchos agricultores en los altos Andes conocen este programa y quieren participar en él”.
“Estamos muy orgullosos de esta iniciativa”, dice Azevedo. “Es una colaboración beneficiosa para los agricultores y banco de germoplasma ”.
Financiadores: Deutsche Gesellschaft für Internationale Zusammenarbeit; Gobierno de Noruega; Global Crop Diversity Trust.
Socios claves: Asociación Andes; Asociación de Comunidades del Parque de la Papa; Comunidad de San José de Aymará.
Programas y Plataformas de Investigación Asociadas del CGIAR: Raíces, Tubérculos y Bananas; Genebank.