Aproximadamente dos mil familias de comunidades campesinas que habitan la zona fronteriza entre Bolivia y Perú se verán beneficiadas con un nuevo proyecto de seguridad alimentaria y nutricional que pondrá en marcha el Centro Internacional de la Papa (CIP) con apoyo de la Comunidad Andina de Naciones (CAN) y financiamiento de la Unión Europea (UE).
Las acciones a desarrollarse estarán encaminadas de manera primordial a aliviar la desnutrición crónica infantil y la anemia de niños y niñas menores de 5 años y sus madres, los dos sectores más vulnerables de esta población que habla mayoritariamente aymara además de español.
El respectivo contrato de subvención fue suscrito en la sede de la CAN, en la capital peruana, el pasado 14 de diciembre con participación de la Jefa de la delegación de la UE en el Perú, embajadora Irene Horejs; los Directores Generales de la CAN, y representantes de las entidades ejecutoras del proyecto: Autoridad Binacional Autónoma del Sistema Hídrico del Lago Titicaca, Río Desaguadero, Lago Poopó, Salar de Coipasa, y el Centro Internacional de la Papa (CIP).
El proyecto buscará desarrollar innovaciones en los sistemas de producción basados en papa nativa para promover el desarrollo socio-económico y la seguridad alimentaria y nutricional de los habitantes de Tiahuanaco Taraco y Laja en Bolivia, y de diversas localidades de Puno en Perú lo que, además, contribuirá a la integración fronteriza entre ambos países.
Miguel Ordinola, especialista del CIP, detalló que el proyecto conecta diferentes componentes que ligan la investigación, la seguridad alimentaria y la nutrición como una alternativa para contribuir a combatir la desnutrición crónica y la anemia, un esquema que el CIP desarrolló y aplicó con éxito en el proyecto IssAndes.
“Ahora este mismo enfoque de trabajo se aplicará a otras zonas de trabajo donde todavía están presentes estas mismas brechas sociales”, precisó.
Explicó que los resultados que se esperan obtener son una mayor disponibilidad de variedades de papas nativas y mejoradas, con mayor volumen de producción y mejor calidad nutricional; mejorar los ingresos de los agricultores gracias al mayor volumen de producción y al acceso a nuevos mercados; diversificar las dietas y promover un enfoque nutricional dirigidos a niños y niñas y sus madres; estabilizar y diversificar la producción para poder afrontar los retos del cambio climático y fomentar espacios públicos a nivel territorial y nacional comprometidos con la inversión pública y con medidas de apoyo que tomen como referencia el enfoque de agricultura y nutrición.
“Estamos seguros de que obtendremos resultados articulados a la integración binacional, tal como ocurrió anteriormente con el proyecto IssAndes* –que también fue financiado por la UE—y se implementó en Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú”, subrayó Ordinola.
El proyecto será gestionado técnica y financieramente por la Oficina Regional para América Latina del CIP, en coordinación con la CAN y la UE. Para las acciones en los respectivos territorios, el Centro trabajará con dos socios de amplia experiencia en esas zonas y en los temas del proyecto: ALTAGRO, proyecto que trabaja con comunidades campesinas del Altiplano boliviano, y CARE en el lado peruano.
Además, en cada país existirán dos instancias institucionales para coordinar la ejecución del proyecto, crear y fortalecer las capacidades técnicas, metodológicas y tomar decisiones estratégicas y políticas en seguridad alimentaria, nutrición y desarrollo económico-productivos, con el fin de alcanzar los resultados esperados: el Consejo Regional de Seguridad Alimentaria y Nutricional del Gobierno Regional de Puno, Perú, y los consejos municipales de Alimentación y nutrición de Tiahuanaco, Taraco y Laja en Bolivia.
* Vea el video sobre los resultados de IssAndes:
https://youtu.be/aJDTZGLxXlg (español)
https://www.youtube.com/watch?v=yrYCfqeDNoE (inglés)